Nota 212: 8 de Marzo. Día de la Mujer
8 de Marzo. Día de la Mujer
El 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, no es una celebración sino una conmemoración. La elección de la fecha rinde homenaje a las 146 trabajadoras muertas en 1908 durante el incendio en una fábrica, incendio que se atribuyó al dueño como represalia por las protestas de las trabajadoras, que reivindicaban unas mejores condiciones de trabajo y sueldo equiparables a las que disfrutaban los hombres.
Han pasado más de 100 años desde esos hechos y no son tantas las cosas que han mejorado. El primer mundo ha conseguido de manera indiscutible una importante mejora general de las condiciones laborales para todos los trabajadores, hombres y mujeres, si las comparamos con las de los primeros tiempos de la revolución industrial. Tenemos jornadas más cortas, políticas de seguridad laboral, derechos laborales reconocidos jurídicamente…. Teóricamente, hemos conquistado la deseada igualdad de derechos entre hombres y mujeres y ya no se puede discriminar a la mujer por el hecho de serlo con cobertura legal. Algo sigue sin funcionar bien cuando las reivindicaciones de la mujer en el entorno laboral poco han cambiado en estos 100 años. Seguimos pidiendo que se nos valore y remunere igual que a nuestros compañeros varones y seguimos sufriendo las dificultades para conciliar vida personal y profesional.
Las mujeres hemos conseguido acceder de forma masiva al mercado laboral y ya no hay profesiones “de hombres” vetadas a la mujer. Pero también nos topamos de bruces con un entorno laboral no siempre igualitario que pone límites no escritos al desarrollo profesional de la mujer, que penaliza duramente la maternidad y que con gran frecuencia tolera actitudes sexistas, muchas veces tan sutiles y arraigadas en la conciencia colectiva que resultan difíciles de hacer visibles y que parecen inocuas, aunque no lo sean. Nuestro sistema de valores, de normas, de leyes, nuestras expectativas culturales y formas de organización benefician sistemáticamente al hombre, que es quien, a consecuencia de ello, consigue siempre los mayores logros en detrimento de la mujer. Es el privilegio de ser hombre. Éste no es siempre un proceso consciente o malintencionado y casi nunca es un proceso visible, pero es real, y dañino.
Vivimos y trabajamos en un entorno desigual en el que, como acabamos de decir, ser hombre implica no sólo tener mejor salario o mejores expectativas profesionales, sino también ser mejor percibido por el entorno en todos los aspectos: un hombre puede ser proactivo sin ser considerado autoritario, negociar activamente sin ser calificado de agresivo, ascender sin que se cuestionen sus méritos o se diga que cubre una cuota, o tomarse una licencia para atender a sus hijos sin que la percepción general sea que “no está disponible”. Un hombre no es víctima de los estereotipos de género, estereotipos muy implantados y también presentes en el día a día de nuestro entorno de trabajo en Ericsson. No queremos sembrar una polémica innecesaria: ser hombre no implica ser mala persona ni mal trabajador; simplemente implica tener más posibilidades que una mujer de beneficiarse de todos estos privilegios, y eso es injusto. Y ésta es una reflexión que hoy, Día de la Mujer, merece la pena hacer.
La realidad se puede cambiar y desde CGT trabajamos activamente para apuntalar un cambio del papel de la mujer en el ámbito social en general y el empresarial en particular. En los últimos años hemos luchado y dedicado muchas horas de trabajo para sacar adelante un Plan de Igualdad que apuntale este cambio de percepción del papel de la mujer. La realidad nos dice una y otra vez que ser mujer supone partir en desventaja y que por tanto son necesarias ciertas medidas para eliminarlas. Medidas positivas para que las mujeres son sean penalizadas por las cargas sociales que asumen mayoritariamente, sobre todo en relación a la maternidad, y medidas también para incentivar a los hombres a compartir esas cargas. También es necesario disponer del protocolo contra el acoso y discriminación que acordamos para luchar contra las situaciones más sangrantes.
Necesitamos un cambio de mentalidad, también en Ericsson, para visibilizar el trabajo de todas las mujeres que trabajamos día a día en esta empresa y ponerlo en valor. Puede que hayamos acabado con las normas que relegaban explícitamente a la mujer a un papel secundario, pero aún queda mucho recorrido para acabar con el sesgo que dejan en todos nosotros siglos de convivencia basados en normas hechas por los hombres.
Por todo esto hoy, 8 de Marzo, día de la Mujer, desde la Sección Sindical de CGT en Ericsson queremos recordar todo lo que queda por hacer y reivindicar el trabajo de ese 30% de mujeres que somos una parte fundamental de esta empresa. Sigamos luchando por conseguir el reconocimiento que aún nos falta.